En las historias de ficción, a menudo leemos sobre un lugar donde las personas nunca se enferman y viven vidas excepcionalmente largas, a veces alcanzando hasta los 150 años. Descripciones como estas podrían hacer que los lectores deseen vivir en un lugar así. Sin embargo, algunas investigaciones muestran que este tipo de fantasía podría ser una realidad. Este lugar existe en un valle montañoso por el que fluye un río llamado Hunza, ubicado en el norte de Pakistán, cerca de la frontera con China. Esta zona, conocida como el «Oasis de la Juventud», está habitada por el pueblo Hunza, que es conocido por sus características únicas, como la rara vez que se enferman, mantienen una juventud eterna y tienen mujeres que son capaces de concebir incluso a los sesenta años. Algunos informes sugieren que los Hunza son uno de los pueblos más felices del mundo.
El pueblo Hunza es conocido por su apariencia, que se asemeja a la de los europeos, y hablan varios idiomas, siendo el burushaski el más común. La mayoría de ellos son musulmanes ismaelitas. Llevan una vida simple en medio de exuberantes paisajes agrícolas, siguiendo una dieta saludable. Sus comunidades están libres de violencia y crimen, concentrándose en la agricultura, la cría de animales, la participación en eventos sociales y el deporte. Los roles de las mujeres tradicionalmente giran en torno a la crianza de los hijos y la gestión del hogar. Curiosamente, las regiones Hunza tienen las tasas de alfabetización más altas de Pakistán. A pesar de una alta tasa de desempleo, la gente vive en felicidad general, libre de enfermedades. No solo disfrutan de una larga vida, a menudo superando los 100 años, sino que las mujeres también dan a luz incluso en su sesenta, lo cual es raro en otros lugares. También practican baños en agua helada, con temperaturas que caen a menos 15 grados Celsius. Estas condiciones aparentemente ideales han atraído la atención de los científicos, incitándolos a estudiar esta comunidad única con la esperanza de descubrir las razones detrás de estos fenómenos extraordinarios.
Después de una investigación exhaustiva, los científicos concluyeron que varios factores contribuyen al bienestar del pueblo Hunza. El primero y más importante es su dieta. Los investigadores observaron que los Hunza ayunan en primavera durante períodos que van de 2 a 4 meses. Los albaricoques juegan un papel crucial en su alimentación; cultivan más de 50 variedades en su valle, consumiéndolos frescos en verano, secándolos para el invierno e incluso bebiendo jugo de albaricoque. Esta fruta es rica en vitaminas, especialmente la vitamina B17, conocida por su potencial para prevenir y tratar el cáncer. También beben una bebida tradicional hecha de una planta llamada Tumuro, que ha demostrado ayudar a regular los niveles de azúcar en la sangre y tiene propiedades antiespasmódicas. Su fruto se utiliza como calmante para el estómago y vermífugo, mientras que su corteza se utiliza para la higiene dental y tiene propiedades hipoglucemiantes. Los Hunza consumen solo dos comidas al día, una en el desayuno y otra después del atardecer. Consumen alimentos con moderación, tomando solo lo que necesitan, por lo que no hay casos de obesidad entre ellos. Su dieta está libre de colorantes, sabores o conservantes artificiales, y sus cultivos, frutas y cereales están completamente libres de pesticidas, fertilizantes sintéticos u organismos genéticamente modificados. También consumen pequeñas cantidades de queso, yogur y carne.
El segundo factor que contribuye al bienestar de los Hunza es su entorno. La región en la que viven está libre de contaminación del aire y del suelo, y el agua que usan para beber y cultivar proviene del deshielo glacial del Himalaya, sin ningún aditivo químico como el cloro o el fluoruro. El tercer y último factor es su estilo de vida. Desde una edad temprana, los niños Hunza practican actividades físicas y reciben un alto nivel de educación. No usan vacunas en la infancia y no sufren enfermedades graves. También se ha observado que los Hunza no utilizan ninguna forma de tecnología, como teléfonos móviles o incluso televisores. Como resultado, forman una comunidad altamente cohesiva, interactuando constantemente socialmente, lo que significa que rara vez sienten sentimientos de aislamiento o depresión, encontrando apoyo y consuelo en la familia y los amigos. No usan productos químicos en sus hogares ni ningún material plástico.
A pesar de estos descubrimientos, algunas personas sostienen que la imagen idealizada de la comunidad Hunza está exagerada o es incluso mítica. Algunos creen que estas ideas inspiraron al autor James Hilton a escribir su novela de 1933 «Horizonte Perdido», que describe un lugar utópico en el Himalaya donde las personas viven mucho tiempo, sin enfermedades. Un médico de la Facultad de Medicina de Harvard apoya este punto de vista, mientras que otros, como el periodista estadounidense John Tierney, lo han cuestionado. En un artículo de 1996 para el New York Times, Tierney describió su viaje a la región de Hunza. Reconoció su belleza encantadora, pero sugirió que las afirmaciones de longevidad de las personas mayores podrían estar exageradas. Sin registros de nacimiento oficiales para verificar estas afirmaciones, es difícil confirmarlas. Además, observó que la mayoría de las personas mayores no eran tan saludables como se presenta generalmente.
Sea cual sea la verdad, el valle de Hunza representa un lugar donde mucha gente soñaría vivir, incluso si solo es en su imaginación.