Los programas de concursos son algunos de los más vistos en todo el mundo debido a la emoción, la aventura y la oportunidad que ofrecen tanto a los participantes como a los espectadores de lanzarse a desafíos intensos. Este apetito por las emociones y la competencia inspiró a un canal británico a crear un programa único titulado «Shattered». Este reality show reunió a diez participantes que debían vivir juntos en una casa y mantenerse despiertos durante siete días consecutivos, con sus acciones constantemente vigiladas. Durante este tiempo, enfrentaron una variedad de pruebas diarias y desafíos, y el último en pie ganaba un premio de 100,000 libras esterlinas. Sin embargo, había una regla estricta: si un participante cerraba los ojos por más de diez segundos, se descontaban 1,000 libras esterlinas del fondo del premio.
La idea de «Shattered» surgió en 2004, durante el auge de los programas de telerrealidad a principios de la década de 2000, que atrajeron grandes audiencias e interés generalizado. Channel 4 en el Reino Unido decidió unirse a la tendencia y crear su propio reality show polémico con un toque competitivo al privar a personas comunes de sueño durante una semana. El programa contó con diez participantes: Claire S, Jonathan, Chris, Jimmy, Dean, Claire M, Craig, Lucy, Salma y Ellen, distribuidos equitativamente entre hombres y mujeres.
Durante los episodios de «Shattered», los concursantes fueron sometidos a varias pruebas, incluyendo una prueba de memoria, una prueba de reloj que medía su percepción del tiempo, una prueba de reacción y la prueba de Stroop, que examinaba su agilidad mental. Aquellos que obtuvieron los peores resultados en estas pruebas debían enfrentar un desafío de eliminación cada noche, y el perdedor sería expulsado de la competición. Cada día, un participante era elegido por sus compañeros para enfrentar un desafío de una hora llamado «You Snooze, You Lose» («Si te duermes, pierdes»), donde debía permanecer despierto mientras enfrentaba actividades diseñadas para inducirle al sueño, como abrazar un oso de peluche gigante, escuchar un cuento antes de dormir, observar la pintura secar mientras estaba sentado en una silla cálida, contar ovejas en la televisión o asistir a una conferencia aburrida.
Aunque el objetivo de «Shattered» era explorar los efectos de la privación de sueño, los productores tenían pocas ideas sobre qué esperar. Con el tiempo, los participantes comenzaron a mostrar síntomas de alucinaciones y comportamientos erráticos. Algunos sufrieron de somnolencia severa, mientras que otros se volvieron agresivos e irracionales. Cuanto más tiempo permanecían despiertos, más se agravaban estos efectos. Chris, por ejemplo, llegó a creer que era el Primer Ministro de Australia y pensaba que el set de filmación estaba en Australia y no en el Reino Unido. Jimmy se encolerizó de manera inexplicable cuando otros se negaron a usar su armadura japonesa y jugar con una pelota imaginaria. Mientras tanto, Dean y Jonathan estaban convencidos de que sus ropas habían sido robadas. Dean casi sufre un colapso cuando comenzó a sucumbir al sueño mientras aún estaba de pie. Claire empezó a inventar historias sobre luchar contra el boxeador irlandés Joey Rowan. Después de 75 horas, Lucy decidió abandonar tras consultar al psicólogo del programa, incapaz de continuar. Esto dejó a Chris, Dean, Claire S y Jimmy como los únicos participantes aún despiertos.
En el último día de «Shattered», los últimos concursantes que no se habían quedado dormidos participaron en la prueba final. Fueron enviados a sus habitaciones y se les dijo que el que permaneciera despierto más tiempo ganaría el concurso. No se les permitía hablar, alejarse de la cámara, o cubrirse la cara o los ojos por más de 10 segundos. Durante esta final, Jonathan y Chris se durmieron, con solo 15 minutos de diferencia entre ellos. Claire logró mantenerse despierta el mayor tiempo posible y ganó el concurso después de permanecer despierta durante 178 horas.
Tras la conclusión de «Shattered», el programa recibió duras críticas de los espectadores, que acusaron a Channel 4 de poner en riesgo la salud de los concursantes y de resaltar el uso de la privación de sueño como forma de tortura por regímenes opresivos. Los psicólogos también condenaron el programa como degradante y perjudicial para la salud física y mental, argumentando que no era un experimento científico, sino una exhibición de personas sufriendo por la falta de sueño. En respuesta, Channel 4 defendió el programa, con un portavoz afirmando que la cadena había tomado grandes esfuerzos para garantizar la salud y seguridad de los concursantes. Finalmente, el regulador de radiodifusión decidió cancelar el programa y evitar su regreso, poniendo fin a la controversia.