A pesar de los avances científicos que han barrido el mundo, muchas comunidades permanecen fieles a costumbres antiguas, incluso cuando parecen desfasadas en la era moderna. Este es el caso del pueblo de Hastings, en Nebraska, donde se desarrolló una historia única y conmovedora. En 1988, una oca llamada Andy tocó los corazones de muchos, no por sus capacidades extraordinarias, sino por los desafíos que enfrentaba. Nacida sin patas, Andy tenía dificultades para seguir a otras ocas. Su sufrimiento suscitó la simpatía de muchas personas, incluida Nike, la famosa marca de ropa deportiva, que patrocinó a Andy y creó un zapato médico especial para ayudarla a moverse con mayor facilidad. Este apoyo permitió a Andy llevar una vida más normal hasta su trágica y prematura muerte en un ataque violento y misterioso.
La historia de Andy comenzó cuando Gene Fleming, un antiguo propietario de un depósito de municiones navales en Hastings, transformó su propiedad en una granja y residencia para él, su esposa Nadine, su hijo y su nieta Jessica, de 12 años. Durante una visita a la granja de su cuñada, Gene se encontró con una oca de dos años nacida sin patas, luchando por cruzar un camino de grava. Conmovido por su lucha, Gene decidió ayudarla. Primero intentó crear un dispositivo tipo patineta para que pudiera impulsarse con sus alas, pero resultó infructuoso. Finalmente, descubrió que usar un par de zapatos para bebés de cuero brillante rellenos de espuma permitía a Andy moverse más fácilmente por el jardín.
Mientras Andy vivía con la familia Fleming, el amigo de Gene, periodista en el Hastings Tribune, escribió algunas líneas sobre ella. Este artículo catapultó a Andy al estrellato en Estados Unidos, y pronto, medios de todo el mundo quisieron cubrir su historia. Su fama se extendió de los periódicos a la televisión cuando apareció en «The Tonight Show» con Johnny Carson. Reader’s Digest también publicó un perfil sobre ella, y su historia llamó la atención de Nike, que descubrió que Andy prefería su marca de zapatos para niños. Nike le envió un par de zapatos médicos especiales, convirtiéndola en la primera oca en recibir un contrato de patrocinio importante.
La fama de Andy la oca tuvo repercusiones más allá de ella misma, afectando su hogar y a quienes la cuidaban. Gene Fleming y Andy emprendieron giras promocionales en bibliotecas, escuelas, ferias, desfiles y campañas de concienciación, especialmente relacionadas con discapacidades. Los turistas comenzaron a llegar a Hastings para ver la casa de Gene Fleming, donde él había creado un club de fans para Andy y comenzó a entregar certificados oficiales firmados por él y su esposa Nadine. Gene expresó su gratitud hacia Andy, diciendo que ella había puesto a su ciudad en el mapa y bajo los reflectores. Jessica, la nieta de Gene, describió a Andy como un ave increíblemente dulce, siempre agradecida por lo que su abuelo había hecho por ella, a pesar de las tentaciones de la fama. Notó que Andy era muy paciente, especialmente cuando se le quitaban los zapatos Nike para cambios.
A pesar del aparente curso positivo en la vida de Andy, todo cambió el 19 de octubre de 1991. Gene y Nadine recibieron el tipo de llamada telefónica que todo propietario de oca teme. Dos residentes de Hastings, en una misión de detección de metales en un parque local, encontraron una oca muerta con huellas mucho más grandes que las de Andy. La noticia de su muerte pronto apareció en los periódicos, y muchos periodistas llegaron al pueblo para cubrir el incidente. La pregunta principal en ese momento era la identidad y las motivaciones del culpable.
Después de la muerte de Andy, Gene Fleming, profundamente conmocionado, la enterró en silencio en el jardín de su casa, el lugar de su primer encuentro. Había planeado construir un monumento de bronce, pero esto nunca se llevó a cabo, aunque una empresa de granito local donó una lápida esculpida para Andy. Gene luego se mudó a una casa de retiro, donde vivió hasta su muerte en 2000. Jessica dijo que poco después de la muerte de Andy, su abuelo comenzó a mostrar signos de la enfermedad de Alzheimer. Ella cree que Andy había ayudado a mantener su mente aguda por más tiempo, y está trabajando en un documental sobre la vida y la muerte de Andy. No busca descubrir la identidad del culpable o vengarse, sino entender el motivo detrás del crimen.
Desafortunadamente, las respuestas sobre la muerte de Andy siguen siendo elusivas. Con el tiempo, el interés por el caso se ha desvanecido, y las cartas de simpatía se han vuelto menos frecuentes. Sin embargo, los residentes de Hastings han seguido presionando por respuestas. La Cámara de Comercio local estableció un fondo de recompensas, recaudando 10,000 dólares para cualquier información sobre el crimen, una cantidad significativa en comparación con el récord anterior de 100 dólares para casos similares. En 1993, un periodista del Chicago Tribune visitó Hastings para seguir los desarrollos del caso, informando que los residentes aún estaban en shock y consideraban el incidente como un verdadero crimen. Un funcionario de la policía local declaró que el caso seguía abierto y que se estaban realizando esfuerzos para encontrar al culpable, que sigue siendo desconocido hasta el día de hoy.