Desde el inicio de la creación, el Sol ha sido considerado la fuente primaria de vida para los seres humanos. Las culturas antiguas lo adoraban como una deidad, lo que refleja su importancia. Con el tiempo, los avances científicos y tecnológicos han permitido a la humanidad explorar muchos de los misterios del espacio que nos rodea. Naturalmente, el Sol ha recibido una atención significativa, revelando que es el centro de nuestro sistema solar, alrededor del cual orbitan todos los planetas, incluida la Tierra. Además, el Sol es una de las miles de millones de estrellas dispersas en el vasto universo. Está caracterizado por enormes cantidades de energía que eventualmente se agotarán. Afortunadamente, la mayoría de los científicos coinciden en que el Sol no morirá antes de aproximadamente cinco mil millones de años, un período demasiado largo para que cualquiera de nosotros lo presencie. Esto ha generado una gran curiosidad sobre lo que sucederá con el Sol cuando finalmente muera.

Un equipo de investigación de la Universidad de Manchester ha respondido a esta importante pregunta en su informe reciente. Sugieren que, con el tiempo, la fusión de hidrógeno en el núcleo del Sol disminuirá, lo que llevará a un desequilibrio en su equilibrio hidrostático. Esto causará un aumento en la temperatura y densidad del núcleo. Cuando el Sol haya agotado el hidrógeno restante, se transformará de su estado actual en una gigante roja. Luego comenzará a expandirse y crecer, destruyendo finalmente la Tierra en el proceso. Aunque este escenario es sombrío, la buena noticia es que la humanidad no estará allí para verlo, ya que la Tierra se volverá inhabitable mucho antes de ese momento. Una vez que la gigante roja alcance aproximadamente 250 veces su tamaño actual, explotará, dejando atrás un anillo brillante de gas y polvo, un fenómeno conocido como nebulosa planetaria.

Los investigadores afirman que este es el resultado natural de la muerte de cualquier estrella. Alrededor del 90 % de las estrellas en el universo experimentan este final una vez que su combustible se agota. Aunque hay incertidumbre sobre si el Sol tiene suficiente masa para alcanzar este estado, se supone que sí puede. La nebulosa planetaria permanecerá visible durante unos 10 000 años mientras deriva en el espacio.

El profesor Albert Zeigslura de la Universidad de Manchester explica los detalles de lo que sucede cuando una estrella muere. Señala que cuando una estrella muere, expulsa una masa de gas y polvo conocida como envoltura, que puede alcanzar hasta la mitad de la masa de la estrella. Este proceso revela el núcleo, que eventualmente deja de funcionar. La envoltura extremadamente caliente hace que el material expulsado brille durante aproximadamente 10 000 años. Aunque esto es un período corto en términos astronómicos, hace que la nebulosa planetaria sea visible y brillante, detectable desde vastas distancias de decenas de millones de años luz. En ese momento, la estrella misma se habrá vuelto tan débil que será invisible.

Este estudio se considera uno de los logros científicos más precisos y revolucionarios. Utilizó métodos innovadores, incluido el uso de una supercomputadora especializada, para analizar datos recopilados de diversas fuentes, como los ciclos de vida de las estrellas. El equipo de investigación analizó estos datos para comprender la cantidad de gas y polvo que las estrellas expulsan al final de su vida y cómo se ven durante sus últimos momentos. Esta investigación proporciona información valiosa sobre lo que le sucederá al Sol cuando llegue al final de su vida.