La humanidad enfrenta amenazas importantes no solo debido a guerras, hambrunas y epidemias, sino también a las acciones derivadas de las actividades humanas. Con el aumento de las tasas de industrialización y las emisiones de contaminantes en la atmósfera sin preocupaciones por la preservación del medio ambiente, nos enfrentamos a un desafío importante: el aumento de la temperatura promedio de la Tierra, un fenómeno conocido como cambio climático. Esto conduce a consecuencias graves como el deshielo en los polos, la elevación del nivel del mar que erosiona las áreas terrestres y alteraciones climáticas intensas como tormentas y huracanes, sin precedentes en la historia de la Tierra. Estos peligros requieren una mayor conciencia sobre la naturaleza de este problema y la urgencia de una cooperación global para enfrentarlo.
El mundo comenzó a comprender el fenómeno del cambio climático en 1824 cuando el científico francés Joseph Fourier declaró que la Tierra sería más fría sin su atmósfera. Naturalmente, el cambio climático ayuda a mantener el clima de nuestro planeta, haciéndolo habitable; sin él, la superficie de la Tierra sería aproximadamente 33°C más fría. Setenta años después, el científico sueco Svante Arrhenius, quien más tarde recibiría el Premio Nobel de Química, presentó en 1895 investigaciones afirmando que ciertos gases, como el dióxido de carbono, podían atrapar el calor cerca de la superficie de la Tierra, y que los cambios en estos gases podían tener un impacto significativo en la cantidad de calor atrapado. La National Oceanic and Atmospheric Administration (NOAA) confirmó esto, señalando que entre 1880 y 1980, las temperaturas globales aumentaron en 0,07°C por década, acelerándose a 0,18°C por década después de 1981, llevando a un aumento actual de aproximadamente 2°C respecto a los niveles preindustriales. Actualmente, 2016 ha sido el año más cálido jamás registrado, pero afortunadamente, los años siguientes han mostrado una disminución notable, con la esperanza de que esta tendencia continúe.
Explicación del cambio climático y sus causas
La principal causa de este fenómeno es la quema de combustibles fósiles como el carbón y el petróleo en los procesos industriales, que libera gases como el dióxido de carbono (CO2), el más común, así como vapor de agua, metano (CH4), ozono y óxidos de nitrógeno (N2O). Estos gases entran en la atmósfera terrestre, interactuando con la radiación solar que golpea la superficie terrestre y luego rebota en forma de calor. Debido a la presencia de estos gases en la atmósfera, solo la luz pasa mientras que el calor queda atrapado, impidiendo su dispersión en el espacio y así calentando el planeta.
Además de las emisiones industriales, la deforestación para usos agrícolas o residenciales aumenta los niveles de CO2 en la atmósfera. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, cuando los árboles mueren, liberan el carbono almacenado durante la fotosíntesis. Además, la reducción de la cobertura forestal disminuye la absorción de carbono por la atmósfera.
Aunque es el segundo gas de efecto invernadero más común, el metano es más eficiente para atrapar el calor, y la Agencia de Protección Ambiental informa que el metano atrapa el calor 25 veces más eficazmente que el CO2. Este gas proviene de fuentes naturales, pero las actividades humanas como la minería, el uso de gas natural, los vertederos y la cría de ganado contribuyen significativamente a sus emisiones, con los animales produciendo aproximadamente el 26% de las emisiones totales de metano.
Factores naturales como las erupciones volcánicas, las variaciones en la radiación solar debido a las manchas solares, los vientos solares y la posición de la Tierra con respecto al sol también contribuyen al cambio climático, pero sus efectos son limitados en comparación con los factores de origen humano.
Efectos del cambio climático
El cambio climático no solo provoca aumentos en la temperatura, sino que también conlleva otros efectos que pueden dar lugar a fenómenos meteorológicos adversos, como tormentas de nieve severas. Por lo tanto, los investigadores y responsables de políticas prefieren el término «cambio climático» en las discusiones. Los efectos del cambio climático son extensos y a menudo devastadores, incluyendo:
Deshielo
El efecto más evidente del cambio climático es la reducción de la cobertura glacial. América del Norte, Europa y Asia han observado una disminución en la cobertura de nieve desde 1960 hasta 2015. Según el National Snow and Ice Data Center, el permafrost en el hemisferio norte ha disminuido en un 10% desde principios del siglo XX. El deshielo del permafrost puede provocar deslizamientos de tierra y colapsos de hielo, causando pérdidas humanas significativas y liberando microorganismos enterrados durante mucho tiempo, como ocurrió en 2016 con un brote de ántrax proveniente de cadáveres de renos. Un estudio de 2016 reveló una probabilidad del 99% de que el cambio climático haya acelerado recientemente el retiro de los glaciares de 10 a 15 veces en comparación con las condiciones previas al calentamiento. Por ejemplo, el Parque Nacional de los Glaciares en Montana tenía 150 glaciares a finales del siglo XIX, pero en 2015 quedaban solo 26.
En el Ártico, el cambio climático parece progresar más rápido que en las latitudes medias, con niveles récord de hielo marino ártico en 2015 y 2016. Algunos científicos predicen que el Océano Ártico podría quedar libre de hielo en verano en los próximos 20 a 30 años si las tendencias actuales continúan.
En la Antártida, los efectos son más variables. Los científicos informan que una cuarta parte del hielo en la Antártida Occidental está en riesgo de colapso, con enormes glaciares en las regiones de Thwaites y Pine Island fluyendo cinco veces más rápido que en 1992. La Antártida Oriental sigue siendo más resistente, pero datos recientes sugieren que incluso este bastión frío comienza a verse afectado por las temperaturas crecientes, con glaciares moviéndose más rápido y contribuyendo al aumento del nivel del mar.
Sequías
El cambio climático se espera que agrave la sequía en las regiones ya áridas. Por ejemplo, el suroeste y las llanuras centrales de Estados Unidos deberían experimentar sequías severas debido al aumento de la evaporación de los suelos más cálidos y la disminución de las precipitaciones. La investigación de 2014 indica que muchas regiones subtropicales probablemente experimentarán una disminución de las precipitaciones debido al aumento de las temperaturas, incluyendo la región Mediterránea, la Amazonía, América Central e Indonesia, con Sudáfrica, México, Australia Occidental y California también enfrentando sequías severas.
La sequía plantea riesgos de incendios forestales devastadores, con el National Fire Prevention Center informando un aumento constante en las ocurrencias de incendios en comparación con los años 1980.
Clima Extremo
Los fenómenos meteorológicos extremos son otra consecuencia del cambio climático, con una mayor intensidad de ciclones esperada debido a los océanos más cálidos, que conducen a un aumento de la humedad, el principal motor de estas tormentas. El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) indica que incluso con fuentes de energía diversificadas y una menor dependencia de los combustibles fósiles, la intensidad de los ciclones tropicales podría aumentar hasta un 11%, causando más daños por estas tormentas en las costas. A medida que las concentraciones de gases de efecto invernadero se mantienen altas, estos cambios deberían continuar durante décadas o más.
Irónicamente, el cambio climático también podría aumentar las tormentas de nieve severas. Según los National Environmental Information Centers, las tormentas de nieve severas en el este de Estados Unidos se han duplicado en frecuencia desde principios del siglo XX debido al aumento de la humedad en la atmósfera proveniente de los océanos más cálidos. Además, los rayos han aumentado en un 12% por cada grado de elevación en las temperaturas atmosféricas.
Elevación del Nivel del Mar y Perturbaciones Oceánicas
En general, el deshielo contribuye al aumento del nivel del mar. Un informe de 2021 de la Organización Meteorológica Mundial indicó que la tasa de elevación del nivel del mar se ha duplicado, pasando de 2,1 mm por año entre 1993 y 2002 a 4,5 mm por año entre 2013 y 2022. El aumento del nivel del mar provoca una importante erosión costera, afectando los hábitats y la vida marina, así como las comunidades costeras. Las tormentas costeras pueden causar inundaciones catastróficas. Un estudio publicado en 2020 en la revista Nature indicó que las zonas costeras y las islas podrían perder hasta el 80% de su territorio debido al aumento del nivel del mar.
Acidificación de los Océanos
Los océanos absorben gran parte del dióxido de carbono emitido a la atmósfera, lo que lleva a una acidificación del agua marina. Los niveles de pH de los océanos han disminuido en 0,1 desde el inicio de la era industrial, lo que equivale a un aumento del 30% en la acidez. Esto perjudica a organismos marinos como los corales y las conchas, que se desplazan lentamente hacia aguas más profundas o más frías, alterando así los ecosistemas marinos. Según un estudio de 2019, alrededor del 40% de los corales podrían verse afectados por el aumento de las temperaturas oceánicas y los cambios en el pH para 2050. Los científicos también están preocupados por el impacto en las poblaciones de peces, las cadenas alimentarias marinas y los ecosistemas costeros.
Consecuencias Económicas
Los impactos económicos del cambio climático son variados, afectando la agricultura, la industria y las infraestructuras. Las cosechas en las zonas áridas y semiáridas podrían estar especialmente amenazadas, y los cambios en las condiciones climáticas pueden hacer que algunas regiones sean menos aptas para cultivar ciertos productos. El impacto en las industrias de la pesca, el turismo y los seguros también es significativo. Los desastres naturales como inundaciones, tormentas y sequías cuestan miles de millones de dólares en daños y en respuestas de emergencia.
Respuestas Internacionales
Para abordar estos desafíos, se han emprendido esfuerzos globales. El informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) de 1990 concluyó que las actividades humanas son responsables del aumento de los gases de efecto invernadero en la atmósfera y que este calentamiento podría tener impactos significativos en el clima. El informe de 2014 confirmó que el calentamiento es sin precedentes y causado por las actividades humanas. El informe de 2021 indica que las actividades humanas ya han aumentado las temperaturas globales en 1,1°C, con impactos significativos esperados en las décadas venideras, incluso con una reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero.
Acuerdo de París
El Acuerdo de París de 2015, adoptado por cerca de 200 países, busca limitar el aumento de la temperatura global a muy por debajo de 2°C, con esfuerzos para restringirlo a 1,5°C. Este acuerdo representa un paso significativo en la cooperación internacional contra el cambio climático. En la cumbre COP26 de 2021, los gobiernos acordaron aumentar los esfuerzos de acción climática, incluidos los compromisos para reducir las emisiones y pasar a fuentes de energía renovables.
Puntos Clave
El cambio climático es un problema complejo y multifacético con impactos significativos y potencialmente devastadores en el medio ambiente, los ecosistemas y las sociedades humanas. Aunque comprender y abordar estos desafíos es crucial, la investigación continua, la cooperación internacional y los esfuerzos concertados son necesarios para mitigar y adaptarse a los efectos del cambio climático. Los esfuerzos para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, pasar a fuentes de energía más limpias y fortalecer la resiliencia a los impactos climáticos siguen siendo el núcleo de la lucha contra este desafío global.