El deporte es una actividad beneficiosa para el cuerpo, y a pesar de la variedad de tipos y formas, lo que más lo distingue es que está al alcance de todos: hombres, mujeres y niños. Incluso los bebés tuvieron su oportunidad de participar en numerosos eventos deportivos, siendo los más destacados las «carreras de bebés» o, como se les conocía, las «Diaper Derbies» (carreras de pañales). Estas se celebraban anualmente durante las décadas de 1940 y 1950 bajo los auspicios del National Diaper Service en el Recinto Ferial de New Jersey, en Estados Unidos.

A pesar de la naturaleza inusual de la carrera, no era necesario tener habilidades especiales para participar. Los carritos de bebé cubiertos con pañales simplemente se alineaban en la línea de salida por sus padres, generalmente sus madres. Una vez que comenzaba la carrera, los bebés eran colocados en la pista y se les animaba a gatear hasta la línea de meta. Dado que los bebés son naturalmente impredecibles, la línea de meta se diseñaba para ser lo más atractiva posible, bordeada con osos de peluche, muñecos de conejitos, perros y otros animales que les gustan a los niños.

Para hacerlo más interesante, a cada niño participante se le daba un apodo especial. Por ejemplo, a un niño se le llamaba «Donut Dan», mientras que a otro se le daba el nombre de «Pretzel Pender». Independientemente de quién llegara primero a la línea de meta, no había perdedores en esta encantadora competencia. Casi todos los niños recibían el animal de peluche hacia el que habían gateado en la línea de meta para llevarlo a casa. Sin embargo, el ganador se distinguía de los demás al recibir más que un simple juguete: un bono de ahorro de 50 dólares y una corona especial para llevar como campeón de la carrera. Cabe destacar que cualquier niño que se pusiera de pie y caminara durante la carrera era descalificado de inmediato.

El «Diaper Derby» era encantador debido al comportamiento de los bebés mientras competían para llegar a la línea de meta. A veces, los bebés se dormían antes de llegar al final, mientras que otras veces se levantaban y salían de la pista sin hacer caso a las súplicas de sus madres para continuar. Aquí hay algunas fotos de esos eventos.