Si alguna vez te encuentras paseando por un parque y decides sentarte junto a los árboles y plantas para disfrutar de la brisa, ten cuidado. La ignorancia puede llevar a consecuencias inesperadas, como le ocurrió a una mujer estadounidense condenada a prisión tras incendiar accidentalmente un árbol gigante en un parque. No era un árbol común; tenía más de 3.500 años, lo que lo convertía en el quinto árbol más antiguo del mundo, provocando la pérdida de un tesoro cultural irremplazable.
La historia comienza con Sarah Barnes, una mujer de 33 años de Florida, que solía visitar el Longwood Big Tree Park. Este extenso parque albergaba árboles gigantes, incluyendo un ciprés de 38 metros de altura, lo suficientemente hueco para sentarse dentro. Sarah solía disfrutar de la sombra y la brisa del árbol. En enero de 2012, Sarah y un amigo se encontraban dentro del árbol fumando drogas. El clima era extremadamente frío, y decidieron encender un fuego para calentarse. Desafortunadamente, el fuego creció rápidamente y se salió de control, incendiando el interior del árbol y causando emisiones de humo.
Los bomberos llegaron cuando el fuego ya se había intensificado, pero para entonces, las llamas habían alcanzado seis metros de altura, haciendo imposible salvar el árbol. Sarah fue arrestada y llevada a juicio, donde recibió una sentencia de 30 meses de prisión. Posteriormente, llegó a un acuerdo con la fiscalía para cumplir cinco años de libertad condicional en lugar de la prisión. Sin embargo, debido a dos violaciones de las condiciones de la libertad condicional, finalmente fue condenada a cumplir su pena en prisión, con una reducción de 10 meses por el tiempo pasado en libertad condicional.
Curiosamente, dos años después de su liberación de prisión, Sarah enfrentó nuevos cargos de tráfico de drogas cuando la policía encontró 22 gramos de metanfetamina escondidos en su lavadora y 16 gramos más en un cajón de plástico en su dormitorio. Ella explicó a los investigadores que las drogas eran para uso personal, no para la venta, pero fue arrestada y juzgada nuevamente.
Cabe destacar que el árbol que ella incendió había sido estimado en 3.500 años en 1993 y se consideraba el árbol más antiguo de Florida y el quinto árbol más antiguo del mundo, según el departamento forestal del estado. Durante siglos, fue un punto de referencia popular entre los habitantes, especialmente en el siglo XIX, cuando la gente pagaba grandes sumas para hacer paseos en carruajes a través de los pantanos para ver el árbol. Su trágico final ocurrió porque una mujer buscaba un poco de calor.