Salir de la Tierra no significa necesariamente dejar atrás los problemas. Como astronauta, puedes estar involucrado en misiones científicas desafiantes y complejas, pero sigues siendo humano, con problemas personales que pueden afectar tu trabajo y crear crisis. Esto se hizo evidente cuando la NASA se enfrentó a lo que podría considerarse el primer crimen cometido en el espacio. La astronauta estadounidense Anne McClain fue acusada de acceder a la información bancaria de su ex pareja durante su tiempo a bordo de la Estación Espacial Internacional (ISS).
Según varios informes de prensa, McClain supuestamente accedió a la cuenta bancaria de su ex pareja, Summer Worden, mientras estaba en una misión de diciembre de 2018 a junio de 2019. Worden, quien trabajaba en inteligencia de la Fuerza Aérea, descubrió que McClain había accedido a sus detalles bancarios tras su separación. Worden investigó y descubrió que su cuenta había sido accedida desde una red informática afiliada a la NASA.
Este presunto delito dejó a la NASA en un dilema sobre si McClain tenía derecho a usar el equipo de la NASA con fines personales después de su separación. La situación se complicó aún más por informes de correos electrónicos amenazantes enviados a Worden, añadiendo otra capa de complejidad al caso.
McClain se defendió en las redes sociales, negando cualquier comportamiento inapropiado durante su misión. Afirmó que accedió a la cuenta para monitorear la situación financiera de la familia, expresando su preocupación por el bienestar del niño pequeño de Worden, a quien habían adoptado juntas. McClain acusó a Worden de tomar malas decisiones financieras, lo cual le preocupaba respecto al bienestar del niño. Worden respondió acusándola de inventar la historia para aumentar sus posibilidades de obtener la custodia del niño. El caso llegó a los tribunales y el 7 de abril de 2020, McClain fue absuelta de todos los cargos.
Este incidente, aparentemente un típico problema doméstico, inesperadamente involucró a la NASA en un gran dilema. McClain, una de las astronautas más capaces de la NASA con un impresionante historial, incluyendo más de 800 horas de vuelo de combate en la guerra de Irak como coronel del ejército antes de unirse a la NASA en 2013, se encontró en el centro de la controversia. También estaba en la lista de candidatas para convertirse en la primera mujer en aterrizar en la luna y estaba programada para participar en una histórica caminata espacial exclusivamente femenina con la astronauta Christina Koch. Sin embargo, la caminata espacial fue pospuesta, y surgieron especulaciones de que la presunta mala conducta de McClain podría haber sido un factor en su exclusión de la misión.
El caso de Anne McClain generó discusiones sobre el concepto de crímenes cometidos en el espacio y cómo abordarlos. La Estación Espacial Internacional tiene protocolos de larga data sobre mala conducta en el espacio, que datan de medio siglo. Sin embargo, estos principios nunca se habían puesto a prueba. Según el Acuerdo Intergubernamental sobre Cooperación en la Estación Espacial, firmado en 1998, cada país participante tiene jurisdicción penal sobre sus nacionales en el espacio, siempre que no afecten a personas de otro país.