Aunque las páginas especializadas en deportes en todo el mundo se centran en los logros atléticos y las páginas de cine cubren las últimas noticias del séptimo arte, a veces los focos se dirigen a un artista que deja su huella en el mundo del deporte. Ese es el caso excepcional de Jenna Davis, la actriz estadounidense aclamada que fue una figura icónica del cine en las décadas de 1980 y 1990. Davis es una de las pocas actrices que ha logrado sobresalir tanto en el arte como en el deporte, demostrando su talento en el tiro con arco y casi representando a Estados Unidos en los Juegos Olímpicos de Sídney en el año 2000.
Jenna Davis, quien ganó un Oscar en 1988 como Mejor Actriz de Reparto por «The Accidental Tourist», entró en el mundo del deporte casi por casualidad. Aunque tenía poca experiencia previa en deportes, habiendo participado en competiciones de salto de altura y vallas en la escuela secundaria, y había adquirido ciertas habilidades a lo largo de su carrera cinematográfica, estaba claro que el deporte debía ser parte de su vida. Las películas la obligaban a aprender los fundamentos de varios deportes, incluyendo béisbol, esgrima, taekwondo, equitación y patinaje artístico. A pesar de su implicación en estas actividades, nunca había considerado convertirse en una atleta profesional. Sin embargo, su perspectiva cambió radicalmente después de ver los Juegos Olímpicos de 1996 en Atlanta, donde el arquero estadounidense Justin Huish ganó dos medallas de oro. Cautivada por el tiro con arco, Davis encontraba el deporte tanto hermoso como dramático. Inspirada por la actuación de Huish, decidió probar el tiro con arco, un deporte en el que siempre había pensado que podría sobresalir.
Decidida a experimentar el deporte en la vida real, Davis quería más que las escenas fabricadas que interpretaba en las películas. Durante el rodaje de «A League of Their Own», donde interpretaba a una jugadora de béisbol, se dio cuenta de que el cine podía engañar fácilmente con efectos especiales. Quería ver si podía realmente aprender y dominar un deporte. En 1997, a la edad de 41 años, Davis comenzó a entrenar en tiro con arco, gracias a una conexión con un entrenador facilitada por Huish. Pronto se obsesionó, entrenando cinco horas al día, seis días a la semana. En solo seis meses, Davis ganó una serie de torneos locales, nacionales e internacionales. En un momento, estaba clasificada en el puesto 13 entre las mejores arqueras de Estados Unidos. En dos años, se volvió tan hábil que compitió con 300 otras mujeres por un lugar en el equipo olímpico estadounidense de tiro con arco, con la esperanza de participar en los Juegos Olímpicos de verano de 2000 en Sídney, Australia. Desafortunadamente, se clasificó en el puesto 24 en las pruebas, no logrando el equipo olímpico, pero obtuvo un lugar como «wild card» en la Copa de Oro de Sídney en 1999.
Hoy en día, a los 66 años, Jenna Davis sigue tomando regularmente un arco y flechas por placer, pero ya no participa en competiciones deportivas debido a su carrera como actriz y su papel como directora del Instituto «Jenna Davis» sobre género en los medios. Su instituto realiza estudios pioneros sobre la representación de mujeres y niñas en el cine y la televisión. Los datos proporcionados por su equipo han desempeñado un papel crucial en la mejora de la representación femenina en pantalla en los últimos años. A pesar de su alejamiento de las competiciones deportivas, Davis ha dejado una huella significativa en el tiro con arco. En 2012, su entrenador de tiro con arco le informó sobre un aumento sorprendente en la participación femenina en este deporte. Cuando alguien le pregunta si consideraría practicar otro deporte, Davis se ríe y menciona el remo, un deporte que descubrió y en el que es muy hábil. Sin embargo, duda que sea posible participar en ese deporte en los Juegos Olímpicos a su edad.