El tenis es uno de los deportes más populares en todo el mundo, con numerosos aficionados y seguidores de sus torneos y jugadores. A pesar de la pasión por el deporte, muchos pueden no conocer a un jugador llamado «Kraesten Braasch», un jugador alemán que se retiró hace años sin dejar mucha huella en la historia del juego, habiendo alcanzado un ranking máximo de 36 en el mundo. Sin embargo, entró en la historia con un partido que jugó en 1998 en el Abierto de Australia contra las hermanas ascendentes «Serena y Venus Williams», venciendo a ambas con facilidad a pesar de estar clasificado en el puesto 203 del mundo en ese momento.

La historia comenzó el 25 de junio de 1998, cuando el legendario exjugador de tenis John McEnroe hizo una declaración que causó un gran revuelo entre los seguidores del tenis. McEnroe afirmó que si las hermanas Williams decidieran jugar contra hombres, se clasificarían alrededor del puesto 700. Este comentario suscitó críticas, ya que Serena era considerada una de las mejores jugadoras de tenis del planeta, si no la mejor en la historia del deporte. ¿Cómo podría haber 699 hombres capaces de vencerla?

Las hermanas tuvieron que responder a esta declaración, y la oportunidad surgió en el Abierto de Australia más tarde ese año. Observaron a los jugadores masculinos durante sus sesiones de entrenamiento y se convencieron de que podían vencer a cualquier jugador clasificado del 200 en adelante. Se acercaron al jugador alemán Kraesten Braasch, clasificado en el puesto 203, quien aceptó jugar y estaba emocionado por el partido.

El día del partido, Kraesten comenzó su mañana con una ronda de golf, seguida de dos cervezas, y luego se dirigió al lugar del partido por la tarde. Enfrentó primero a Serena, venciendo 6-1, y luego se enfrentó a Venus, quien llegó después de una conferencia de prensa, y ganó fácilmente 6-2. El partido terminó con la derrota de las hermanas, a pesar de sus mejores esfuerzos por obtener un resultado positivo, mientras que Kraesten jugó con calma y compostura.

Esta experiencia llevó a las hermanas a reconsiderar su evaluación de su desempeño contra los profesionales masculinos. Dijeron a la prensa que podrían vencer a cualquier jugador masculino clasificado del 350 en adelante. Kraesten Braasch respondió señalando que estaba a punto de perder muchos puntos de clasificación y podría bajar al puesto 350. Sugerió que si Venus y Serena esperaran solo una semana, podrían desafiarlo nuevamente.

Años después del partido, Kraesten Braasch comentó que en ese momento las hermanas no tenían suficiente experiencia en el juego. Creía que si enfrentaran a un jugador de ese ranking ahora, el resultado podría ser mejor, pero aún no podrían derrotarlo, ya que los profesionales masculinos tienen una mayor fuerza física, son más rápidos en la cancha y pueden devolver más tiros que las mujeres. Por lo tanto, no podrían vencer a ningún hombre clasificado hasta el puesto 500.

Serena Williams respondió diciendo que no sabía que el partido sería tan difícil. Ella jugó tiros que podrían haber ganado cualquier partido femenino, pero Kraesten los alcanzó con una facilidad notable.