El sentimiento de victoria es incomparable para los atletas, especialmente cuando logran superar a todos sus rivales. Esta sensación de triunfo es aún más intensa cuando se trata de su primera victoria en su carrera deportiva. Sin embargo, un nombre único en la historia del deporte, Frank Hayes, experimentó el dulce sabor de la victoria en circunstancias trágicas. Hayes participó en una carrera y emergió victorioso, pero no pudo levantarse y celebrar debido a su muerte durante la competición.
El 4 de junio de 1923, un joven jinete llamado Frank Hayes, de 22 años, participó en una carrera de obstáculos en Belmont Park, Nueva York. Hayes era un entrenador de caballos experimentado y un jinete hábil, pero nunca había ganado una carrera antes. Nadie esperaba que ganara el primer lugar ese día mientras montaba un caballo llamado «Sweet Kiss», propiedad de una mujer llamada Sra. Frailing.
La carrera comenzó de manera habitual, pero durante una de sus etapas, Hayes sufrió un ataque al corazón y falleció de inmediato. A pesar de su muerte, Hayes no se cayó de su caballo; en cambio, permaneció en la silla, permitiendo que el caballo continuara en el recorrido. Sorprendentemente, «Sweet Kiss» cruzó la línea de meta en primer lugar, obteniendo la primera victoria de Hayes. Cuando la Sra. Frailing, los oficiales y los amigos fueron a felicitarlo, descubrieron que había fallecido.
Los informes indican que Hayes murió después de tomar la delantera en esa dura carrera de dos millas, pero la causa exacta de su muerte sigue siendo desconocida. Algunas teorías sugieren que la emoción de la carrera fue demasiado intensa para su corazón, mientras que otras creen que la pérdida de peso drástica en preparación para la carrera pudo haber ejercido una presión excesiva sobre su corazón.
Con la carrera terminada y el cuerpo de Hayes junto con su caballo cruzando la línea de meta, los responsables de la carrera no tuvieron otra opción que declararlo ganador. Este es el único caso registrado de un jinete que gana una carrera póstumamente. Sin embargo, las actividades relacionadas con su victoria y celebración fueron, por supuesto, canceladas. Hayes fue enterrado tres días después, y su caballo, que había compartido la victoria, nunca volvió a competir. El caballo recibió un nuevo apodo en la comunidad de carreras, «Sweet Kiss of Death» (El Beso de la Muerte).
Este incidente fue un evento trágico que suscitó la simpatía del público en los Estados Unidos. El Washington Post informó: «La ambición de Hayes en la vida era ganar una carrera. Había intentado una vez en Canadá y fracasado. En su segundo intento, ganó, pero la presión sobre su corazón era demasiado intensa, y falleció después de cruzar la línea de meta montando un caballo que había entrenado.»