El Libro Guinness de los Récords es una obra de referencia que se publica anualmente y que contiene logros mundiales excepcionales, tanto en el ámbito de las hazañas humanas como en otros aspectos notables. Fue creado a mediados de la década de 1950 por Sir Hugh Beaver, en colaboración con los hermanos Norris y Ross McWhirter. La primera edición del libro se convirtió rápidamente en un éxito de ventas en el Reino Unido en 1955. Al año siguiente, se distribuyó internacionalmente, ganando una popularidad masiva. Hoy en día, el Libro Guinness de los Récords está disponible en más de 100 países, traducido a 37 idiomas, y contiene más de 53,000 registros en su base de datos. Con el tiempo, la marca ha evolucionado más allá del formato de libro, incorporando programas de televisión, museos y otros medios, consolidándose como la principal autoridad mundial en la documentación de récords mundiales.
Historia del Libro Guinness de los Récords
La historia del Libro Guinness de los Récords comenzó el 10 de noviembre de 1951, cuando Sir Hugh Beaver, director general de la cervecería Guinness, asistió a un evento de caza de aves a orillas del río Slaney, en el condado de Wexford, Irlanda. Después de fallar un disparo, se enredó en una discusión sobre cuál era el ave más rápida de Europa. Al darse cuenta de que no existía ningún libro de referencia que pudiera confirmar estos hechos, identificó la necesidad de una fuente que pudiera resolver este tipo de disputas. Así nació la idea de crear un libro dedicado a los récords.
La visión de Beaver se hizo realidad cuando Christopher Chataway, un empleado de Guinness, contactó a sus amigos universitarios Norris y Ross McWhirter, quienes dirigían una agencia de verificación de hechos en Londres. Ellos fueron encargados de recopilar la primera edición de lo que se convertiría en el Libro Guinness de los Récords. En agosto de 1954, se imprimieron y distribuyeron 1,000 copias.
La primera edición oficial del libro, que constaba de 198 páginas, se publicó en agosto de 1955 y rápidamente se posicionó en la cima de la lista de libros más vendidos en el Reino Unido. Al año siguiente, fue introducido en los Estados Unidos, donde se vendieron 70,000 ejemplares. Debido a su éxito inmediato, el libro adoptó un ciclo de revisión anual, generalmente publicado entre septiembre y octubre. Los hermanos McWhirter continuaron actualizando el libro durante varios años, hasta que Norris McWhirter fue asesinado por el IRA (Ejército Republicano Irlandés). Ross McWhirter asumió el rol de editor único hasta su retiro en 1995. Con el tiempo, el Libro Guinness de los Récords ha vendido más de 100 millones de copias en más de 100 países y en 37 idiomas. La sede mundial del Libro Guinness de los Récords sigue estando en Londres.
Enfoque en los Logros Modernos
En las ediciones recientes, el libro ha centrado su atención en logros humanos, abarcando desde competencias tradicionales como el levantamiento de pesas en los Juegos Olímpicos, hasta hazañas más inusuales como el lanzamiento de huevo a mayor distancia o la cantidad de perritos calientes consumidos en tres minutos. El libro también incluye hechos curiosos, como el tumor más pesado, el hongo más venenoso, la serie de televisión más larga, y la póliza de seguro de vida más costosa. Además, destaca a individuos que han logrado récords personales notables, como la persona más joven en visitar todos los países del mundo.
A lo largo de los años, el Libro Guinness de los Récords ha evolucionado para ser más visual, con ediciones ilustradas. En 2005, el 9 de noviembre fue designado como el Día Mundial de los Récords Guinness, alentando a las personas a intentar romper récords en todo el mundo. La lista completa de los récords ahora está disponible en el sitio web oficial. En 2009, Ashrita Furman, de Nueva York, estableció un récord al tener la mayor cantidad de récords Guinness, con 220 a su nombre.
Expansión de la Marca Guinness de los Récords
En 1976, se abrió un museo Guinness de los Récords en el Empire State Building, con estatuas a tamaño real de algunos poseedores de récords, como Robert Wadlow, el hombre más alto del mundo, así como exposiciones de la lombriz más grande y radiografías de tragadores de espadas. Aunque el museo cerró en 1995, el Libro Guinness de los Récords ha otorgado licencias a pequeños museos en destinos turísticos como Tokio, Copenhague, Londres, San Francisco, Orlando, y Las Vegas.
A pesar de su popularidad, el Libro Guinness de los Récords experimentó una disminución en las ventas de libros al inicio del siglo XXI debido al auge de internet. Para compensar, Guinness comenzó a ofrecer servicios pagos para aquellos que desean batir récords. Aunque cualquier persona puede teóricamente enviar una solicitud de forma gratuita, el proceso puede ser lento. Para acelerar el proceso, se aplican tarifas que varían entre 12,000 y 500,000 dólares. Esto ha llevado a que empresas y celebridades contraten a Guinness para crear nuevas categorías o encontrar récords que puedan romper con fines publicitarios.
Normas para Registrar Récords
El Libro Guinness de los Récords sirve como la autoridad principal para muchos récords, proporcionando árbitros para verificar los intentos. La lista de récords es dinámica, con algunos añadidos o eliminados por diversas razones. Cualquiera puede enviar una solicitud para ser incluido en el libro al lograr una hazaña notable o mejorar un récord existente.
El Libro Guinness de los Récords impone directrices éticas, rechazando ciertos tipos de actividades, como aquellas que implican el maltrato animal. Por ejemplo, la categoría de «el pez más pesado» fue eliminada después de que algunos propietarios de peces los sobrealimentaran de manera peligrosa. De manera similar, se eliminaron récords relacionados con el consumo de alcohol, la ingestión de espadas y las carreras en vías públicas, debido a preocupaciones de seguridad. Sin embargo, se han hecho algunas excepciones, como cuando Johnny Strange batió un récord de tragadores de espadas, a pesar de que la categoría había sido cerrada.
Desde 2011, los récords relacionados con la comida deben cumplir con ciertas normas: el alimento preparado debe ser completamente comestible y distribuido al público para evitar el desperdicio. En 1984, a petición de la Casa de la Moneda de los Estados Unidos, el Libro Guinness de los Récords dejó de aceptar reclamaciones relacionadas con grandes colecciones de monedas. Además, no se aceptan récords que dañen el medio ambiente, como el lanzamiento de linternas voladoras o globos, ni aquellos relacionados con el consumo o preparación de tabaco o cannabis. Algunas categorías, como la belleza, también son rechazadas debido a su naturaleza subjetiva e imposible de medir objetivamente.