El corredor estadounidense Louis Zamperini es reconocido como uno de los atletas más destacados de Estados Unidos, habiendo honrado a su país en dos ocasiones importantes. Primero, como atleta durante los Juegos Olímpicos de Berlín en 1936, donde estableció marcas impresionantes que fueron elogiadas por el líder alemán de la época, Adolf Hitler. Más tarde, Zamperini sirvió como héroe de guerra en la Fuerza Aérea de EE. UU. durante la Segunda Guerra Mundial, enfrentándose a experiencias cercanas a la muerte después de que su bombardero se estrellara en el océano Pacífico. Sobrevivió durante 47 días en el mar antes de ser capturado como prisionero de guerra en un campo de internamiento japonés, donde permaneció durante dos años. Inicialmente presunto muerto por el gobierno estadounidense, se confirmó que estaba vivo tras la rendición de Japón. A lo largo de su vida, Zamperini recibió dos grandes distinciones: una como corredor olímpico y otra como héroe de EE. UU. durante la guerra.
Juventud y carrera deportiva:
Louis Zamperini nació el 26 de enero de 1917 en Olean, Nueva York, y creció en una familia italiana católica de primera generación. Su familia se mudó a Torrance, California. Desde una edad temprana, la vida de Zamperini estuvo marcada por adversidades, incluyendo un casi ahogamiento cuando era niño y un incendio doméstico casi mortal. También fue constantemente acosado debido a la falta de competencia en inglés de sus padres inmigrantes. A los quince años, se unió al equipo de atletismo, donde no solo tuvo éxito, sino que estableció récords que permanecieron invictos durante 20 años. Zamperini estableció el récord nacional en la secundaria en 1934, lo que le otorgó una beca en la Universidad del Sur de California. Luego corrió 5000 metros durante una de las peores olas de calor que el país haya conocido, ganando renombre nacional. Por lo tanto, era natural que representara a su país en los Juegos Olímpicos de Berlín en 1936. Durante el evento, se encontró a pocos metros del dirigente nazi Adolf Hitler, a quien encontró divertido, casi como un personaje de película de Laurel y Hardy. Aunque terminó octavo en los 5000 metros, su última vuelta en 56 segundos fue tan destacada que Hitler pidió hablar con él, llamándolo «el chico de la llegada rápida».
Segunda Guerra Mundial y supervivencia:
Después de los Juegos Olímpicos, Zamperini esperaba participar en los Juegos Olímpicos de 1940, pero la Segunda Guerra Mundial interrumpió sus planes. Fue reclutado y se unió al cuerpo aéreo del ejército de EE. UU. en Europa. Después del ataque a Pearl Harbor, Zamperini participó activamente en los combates. En abril de 1943, pilotó un bombardero B-24 para una misión sobre Japón en el teatro del Pacífico. Un mes después, durante una misión de búsqueda de un avión desaparecido, su bombardero sufrió una avería y se estrelló en el océano con once hombres a bordo. Solo Zamperini y otros dos—el copiloto Russell Phillips y el artillero trasero Francis McNamara—sobrevivieron. Los tres hombres pasaron semanas a la deriva, enfrentando hambre, calor, sed y ataques de tiburones, sobreviviendo solo con agua de lluvia y atrapando peces extraños. Durante su prueba, los padres de Zamperini recibieron una carta de condolencias del presidente Franklin Roosevelt en junio de 1943, aunque su hijo seguía vivo, ya que el gobierno estadounidense había erróneamente creído que estaba muerto.
Internamiento y liberación:
Durante su período a la deriva, McNamara murió en el día 33 en el mar, y Zamperini perdió más de 20 kilogramos antes de que finalmente llegaran a las Islas Marshall. Fueron capturados por los japoneses y trasladados de un campo de internamiento a otro hasta que se establecieron en uno dirigido por el criminal de guerra el sargento Mutsuhirio Watanabe. Allí, Zamperini y sus compañeros sufrieron golpes diarios hasta 1945. Zamperini recuerda esos momentos diciendo: «Podía soportar los golpes y las penas físicas, pero era el intento de destruir tu dignidad y hacerte sentir insignificante lo que era más difícil de soportar». Sus sufrimientos se intensificaron cuando los responsables del campo supieron que era un atleta olímpico, lo que resultó en una mayor hambre y malos tratos, y fue intencionalmente separado de Phillips para acentuar su angustia psicológica. Afortunadamente, con la rendición de Japón, el campo fue liberado en el otoño de 1945, y el atleta olímpico regresó a los Estados Unidos, habiendo escapado de la muerte.
Vida posterior y legado:
Al regresar a casa, Zamperini enfrentó dificultades para adaptarse a la vida después de las horribles experiencias en el campo de internamiento, lo que tuvo un impacto negativo en su vida. Casi se divorció de su esposa, Cynthia, pero superó gradualmente estos problemas. En sus últimos años, se dedicó a dar conferencias motivacionales, ayudando a otros a superar sus propias luchas. Incluso enfrentó su pasado durante una gira con la antorcha olímpica en los Juegos Olímpicos de Invierno de 1998 en Japón, corriendo cerca de las montañas de Naoetsu. Louis Zamperini falleció en 2014 a la edad de 97 años, dejando un legado como un legendario atleta olímpico y héroe de guerra.