Aunque no existen barreras explícitas que impidan a las mujeres jugar al billar, este deporte ha sido históricamente dominado por hombres. Sin embargo, la percepción del billar cambió significativamente con la aparición de la jugadora japonesa Masako Katsura. Desafió el statu quo al ganar numerosos títulos locales e internacionales. A principios de la década de 1950, se convirtió en la primera mujer en participar en el Campeonato Mundial, enfrentándose al campeón estadounidense Willie Hoppe. Sus habilidades excepcionales y su encanto juvenil, junto con su distintivo sentido del estilo, atrajeron una gran atención mediática y la llevaron a ser conocida como la «Primera Dama del Billar».
Comienzos y Carrera:
Masako Katsura nació el 7 de marzo de 1917 en Tokio, Japón. Tras la muerte de su padre, fue criada por su madre, quien la animó a practicar billar para fortalecerla física y mentalmente. En la década de 1920, las salas de billar eran comunes en Tokio, y la madre de Katsura esperaba que la participación de su hija en este deporte le proporcionara el ejercicio necesario. El talento natural de Katsura y su pasión por el juego se hicieron evidentes rápidamente, llevándola a trabajar en una sala de billar local y a entrenar diariamente. Se hizo famosa por sus golpes hábiles y engañosos.
A la edad de quince años, Katsura ganó el Campeonato Femenino de Billar. Su talento llamó la atención de Kenri Matsuiyama, un campeón de billar japonés, quien se convirtió en su mentor. Le enseñó técnicas avanzadas y el difícil estilo del billar a tres bandas, que requiere tocar tres bandas con la bola blanca mientras se golpean dos bolas objetivo. A pesar de las exigencias físicas del juego, tradicionalmente adaptadas a los hombres, Katsura compensó con su habilidad, inteligencia y destreza.
La Segunda Guerra Mundial y Reconocimiento Internacional:
El estallido de la Segunda Guerra Mundial interrumpió la carrera de Katsura, aunque realizó exhibiciones para las tropas japonesas durante el conflicto. Tras la rendición de Japón a raíz de los bombardeos atómicos de Hiroshima y Nagasaki, Katsura comenzó a realizar exhibiciones para las fuerzas estadounidenses. Esto condujo al reconocimiento internacional cuando un soldado estadounidense informó a su padre, Willie Cochrane, un campeón de billar en los Estados Unidos, que Katsura era superior a él. Animado por esta opinión, Cochrane invitó a Katsura a visitar Estados Unidos. Ya había ganado el Campeonato Nacional Femenino de Billar y competía en el Campeonato Nacional Masculino. En 1951, Katsura se mudó a California, donde descubrió un mundo muy diferente al de Tokio. Mientras que en Japón las mujeres jugaban en muchas salas de billar, en Estados Unidos estos lugares estaban principalmente reservados para hombres. Katsura notó que solo había encontrado a otra mujer jugando al billar en Estados Unidos y sugirió que una sala de billar exclusivamente femenina sería una buena idea.
Impacto y Legado:
En la década de 1950, Katsura se convirtió en una figura destacada del billar en Estados Unidos. Willie Cochrane, su manager, declaró: «El juego necesitaba una jugadora lo suficientemente talentosa para desafiar a los mejores jugadores masculinos, y ahora estoy convencido de que finalmente ha llegado.» Los medios de comunicación comenzaron a centrarse en ella, a menudo poniendo más énfasis en su género que en sus habilidades. Sin embargo, los jugadores masculinos respetaban su habilidad. El campeón mundial Willie Hoppe, quien mantuvo el título 51 veces, elogió a Katsura diciendo: «Me dijeron que ella era buena, pero nunca esperé ver algo así. Ella es fantástica y ganará su parte de partidos contra los mejores jugadores del juego.» Aunque Katsura no logró desbancar a Hoppe, su participación en 1952 marcó su entrada en la historia como la primera mujer en competir en un campeonato internacional de billar.
A lo largo de los años, Katsura rompió las barreras de género en el billar y se convirtió en una figura emblemática de este deporte. En 1958, apareció en televisión y continuó obteniendo altos rangos hasta su retiro en 1961, tras perder el título mundial. Su manager, Cochrane, elogió sus contribuciones al afirmar: «Masako ha abierto un nuevo campo para las mujeres y ha hecho que el juego sea atractivo para ellas.» Katsura hizo su última aparición pública en 1976 en una sala de billar en San Francisco. Jugó brevemente antes de retirarse nuevamente. En la década de 1970, las actitudes hacia el billar en Estados Unidos cambiaron, con las mujeres obteniendo un lugar en el deporte. Un grupo de jugadoras formó la Women’s Professional Billiard Association, y Katsura fue incluida en su Salón de la Fama. Regresó a vivir a Japón, donde falleció en 1995, dejando un legado significativo en la historia del billar.