Fecha: 1940
Fotógrafo: División de Fotografía del Ministerio de Información Británico – Archivo de la Segunda Guerra Mundial, Museo Imperial de la Guerra.
Detalles: Al inicio de la Segunda Guerra Mundial, existía un gran temor de que Alemania utilizara armas químicas y gases venenosos. En respuesta, ya en 1938, el gobierno británico comenzó a distribuir máscaras de gas a la población. Estas máscaras fueron diseñadas para ser fácilmente portátiles, permitiendo que las personas las llevaran a cualquier lugar. Incluso se crearon versiones especiales para niños, con colores brillantes y diseños divertidos para que fueran menos aterradoras.
Sin embargo, los bebés presentaban desafíos únicos debido a su edad y tamaño. Por lo tanto, se desarrollaron máscaras de gas específicas para ellos, como se muestra en la fotografía. Estas máscaras estaban destinadas a niños de hasta dos años de edad. La cabeza del niño se colocaba dentro de la máscara, quedando solo la cabeza dentro del casco. El resto del cuerpo quedaba libre, y la máscara se aseguraba alrededor del niño con tiras de tela, similares a un pañal, asegurando un sello hermético con correas elásticas para evitar que el gas entrara. Los pies del bebé quedaban colgando fuera de la máscara para mayor comodidad.
Las máscaras tenían filtros que purificaban el aire y estaban equipadas con una bomba manual. Una enfermera o un padre debía operar la bomba a intervalos regulares para suministrar aire fresco al niño. Sin embargo, estos ejercicios no estaban exentos de dificultades. Durante algunas sesiones de entrenamiento, se observó que los bebés se dormían de manera inusual mientras estaban dentro de las máscaras de gas. Las investigaciones revelaron que las bombas manuales no siempre funcionaban de manera eficiente, lo que generaba preocupaciones sobre el riesgo de asfixia. Afortunadamente, estas máscaras de gas nunca se utilizaron en combate real, ya que no hubo ataques químicos en Gran Bretaña durante la guerra.
Esta imagen única destaca los esfuerzos realizados para proteger incluso a los ciudadanos más jóvenes durante uno de los momentos más peligrosos de la historia.